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viernes, 26 de noviembre de 2010

La Flor Lunar

Capitulo V 

(Yue)
Al principio pensé que Daniel iba a preguntarme por mi larga ausencia, y me sentí decepcionada cuando no lo hizo, por el contrario tubo el descaro de espiarme, además de interrógame sobre cual era mi relación con Tam, aquello me enojo muchísimo, no entendía porque me incomodaba tanto el hecho de que dudara de mi palabra, si solo era mi sirviente, ¡que derecho tiene de inmiscuirse en mis asuntos!, pero más me desconcertó cuando él pareció aliviado al saber que aún no existía fecha para mi enlace, pensé que me iba a reclamar algo más, no se porque permito que se dirija a mí de una forma tan insolente, pero finalmente permaneció en silencio, la fatiga se apoderaba de mi cuerpo, así que me fui a mi habitación, Daniel ni si quiera noto mi partida, ¿Qué era lo que tanto le entretenía? que ni se percato de mi ausencia, aquello me dolió un poco, pero ahora eso no importaba, lo único que quería era descansar.
A la mañana siguiente sentí todos mis músculos agarrotados, definitivamente necesitaba recargar mis energías, menos mal hoy era la ceremonia; me estire todo lo que pude en la cama, a pesar de no tener ningún deseo de hacerlo me levante, y camine en busca de Daniel, hoy tenía muchas cosas que explicarle, entre a su habitación, y ahí estaba durmiendo el muy holgazán, me dirigí con determinación a la cabecera, le arrancaría todas las mantas, definitivamente eso lo despertaría, sino siempre estaba la opción de lanzarle un vaso de agua, pero me detuve, se veía tan tranquilo, tan diferente, no existía nada que hiciera presagiar que dentro de él se ocultaba una personalidad rebelde, todo lo contrario, se vía sumiso, algo se agito dentro de mí, como si notara mi presencia poco a poco sus ojos se abrieron, pestaño un par de veces, luego los abrió en par en par.


- ¿Pero que haces aquí?- pregunto inquisitivamente.


No supe que contestarle aún seguía mirándolo embobada, me ordene a mi misma a tranquilizarme, no era primera vez que lo veía dormir, así que ¿de que me asombraba?


- Yo…-respire hondo recuperando el control- ¡Ya lo olvidaste!, hoy es la ceremonia y debo explicarte todo el protocolo, así que arréglate y te espero en cinco minutos en la sala.


Me fui dando un portazo, ¿Qué era lo que me pasaba?, ¿Por qué me había puesto tan nerviosa?


(Daniel)
Aún me daban vuelta los recuerdos de la noche anterior, a causa de eso no pude dormir, lo último que esperaba era encontrarme a Yue con una expresión que nunca había visto en su rostro, parecía asustada, ¿Le había pasado algo?, ¡no!...me dije que no volvería a pensar en ella, debo recordar que por eso tengo esta apariencia, y estoy atrapado en este lugar siendo su sirviente, me repetía una y otra vez, como si fuera un conjuro, cuando me sentí seguro de mi mismo entre a la sala, pero toda mi convicción se fue cuando la vi, ahí estaba ella, mirando por la ventana, fue extraño, era como si hubiera bajado un muro y pude observar su inmensa pena, quise acercarme y abrazarla, quitarle esa expresión de profunda tristeza, pero me dije a mi mismo que debía guardar distancia, ella pareció percatarse de mi presencia, sus facciones se transformaron, incorporando la mascara de superioridad que le caracterizaba, pero no sería engañado nuevamente, porque una acusadora lágrima rodo por su mejilla, pero antes de que pudiera decir algo ella me interrumpió.


- La ceremonia de hoy es muy importante, cuando llegue el crepúsculo nos reuniremos a fuera, tú lo único que tendrás que hacer será ubicarte detrás de mí, estar atento a mis necesidades.
- ¿Tus necesidades?
- Llenar mi vaso de licor, acomodarme la silla, supongo que sabes hacer esas cosas-dijo despectivamente.
- Por supuesto –conteste apretando los dientes, ¿Pero quién se cree que era su sirviente?... oh espera lo era.
- Ya esta demás decirte que no puedes comer, ni beber nada de lo que te ofrezcan, y tampoco hables, así evitaras avergonzarme.
- ¿Algo más su señoría?- exprese burlonamente, en ese momento la vi tensarse.
- Sí, existe una copa bastante llamativa, esta va a contener un líquido celeste, de él no puedes beber ni una gota, si lo haces las consecuencias no serán agradables.
- ¿Qué me puede pasar?- pregunte didutativo, no sabía si solo me quería asustar o realmente beber de esa copa era peligroso.
- Tienes que entender que a pesar de tu apariencia, interiormente sigues siendo humano, lo que implica que tu organismo no esta hecho para soportar magia, ese líquido nos da nuestro poder, si lo bebes te volverás loco, muchos breenum han intentado tomar de el con la esperanza de obtener un poco de nuestro poder, y así intentar huir, por eso…-suspiro, parecía desesperada e insegura de lo que iba a decir- se de tus deseos de escapar, todos los gruceen lo saben, y por eso estarán muy atentos, ni intentes parecer un héroe, solo conseguirás meterte en problemas.


Se vía muy perturbada, ¿realmente estaba preocupada por mí, por un simple humano?, pensar que así era me hizo muy feliz, pero todo lo que me había dicho me dejo muy pensativo, y una luz de esperanza surgió, tal vez podría intentarlo, pero me guardaría mis intenciones.
- Comprendo la gravedad del asunto – dije de la manera más convincente, ella pareció aliviada, me sentí pésimo por engañarla, pero deseaba tanto huir de este lugar, definitivamente ella no me ayudaría, o tal vez ya lo hizo de una manera indirecta.
- Ahora me voy a arreglar, sobre la mesa deje tu traje para esta noche.
“Mí traje” sonaba tan elegante, el cual no era más que los mismos pantalones negros y la misma camisa que use para mi presentación; jamás pensé que estaría tan emocionado por una ceremonia de los gruceen, como cambian las cosas.


viernes, 19 de noviembre de 2010

La Flor Lunar

Capitulo IV

(Daniel)
Tres hileras de mesas estaban repletas de exóticas comidas y bebidas, a pesar de estar al aire libre, no tenía frío, todos parecían divertirse, pasando inadvertida mi llegada, vi a varios breenum bailar, aunque no parecían muy contentos al hacerlo, aquello me extraño, a su lado se encontraba un gruceen aplaudiendo, bebiendo un espeso liquido rojo, luego la música se apago.

- Ante ustedes presento a mi breenum, espero que se diviertan mucho con él- pronuncio Yue solemnemente – No comas, ni bebes nada – me susurro, y antes de irse creí escucharle decir lo siento, pero no estoy muy seguro, ya que la música y el escándalo que reinaba antes del anuncio volvió.

En eso un Gruceen se acerco, tenía el caballo rojo, usaba un vestido del mismo color, bastante ajustado.

- ¿Quieres bailar?
- No quiero ser descortés, pero no se me da bien el baile – conteste lo más educadamente posible.
- No te preocupes yo puedo cambiar eso –susurro sensualmente.

Espere pacientemente las instrucciones de cómo bailar, pero para mi sorpresa nunca llegaron, comencé a sentir una gran picazón por todo mi cuerpo, quería rascarme, pero de repente y sin más preámbulos, mis piernas comenzaron a moverse por si solas, iniciando mi baile.

(Yue)
Desde mi ubicación, pude observar como Roxanne hechizaba a Daniel, quise detenerla, pero no alcance a hacerlo, porque Tam se encontraba a mi lado.

- Me sorprende lo mucho que te preocupa ese breenum – dijo Tam.
- ¿De qué me estas hablando?, es normal que lo vigile, es mi sirviente y soy responsable por él.

Sin darme cuenta, Tam se encontraba a solo unos centímetros de mí, tanto, que era capaz de percibir incluso su aliento, me sentía intimidada, luego poso su brazo en mi cintura, me jaló hacia él, cuando lo hizo me percate de su verdadera intención.

- Más te vale que solo se trate de eso y no de otra cosa, he visto como lo miras…recuerda que te enlazas a mi pronto.
- Algún día – corregí.
- Sí, tienes razón – susurro a mi oído – fuiste muy astuta, ¿me pregunto que pasara si mi padre se percata de ese detalle?
- Un trato es un trato, ya no puede ser modificado – trate de sonar lo más segura posible, porque sabía que si eso llegaba a oídos de él estaría en problemas.
- Puede que tengas razón…como puede que no, así que te estaré vigilando, mi deber es impedir que mi prometida cometa alguna imprudencia- contesto burlonamente.

Luego me beso en la mejilla, se despidió de mi alegremente, disipando cualquier rumor que pudiera generarse, dando a entender que solo se trataba de una charla amistosa, todo lo contrario a lo que realmente fue, aquella conversación solo me dejo llena de dudas, ¿Yo no estaba mirando de forma especial a Daniel?, definitivamente Tam tramaba algo, no comprendo porque de repente se interesa en mi vida.



(Daniel)
Mientras bailaba, si es que a esto se le podía llamar bailar, vi a Tam acercarse a Yue, observe como la tomaba por la cintura; estaba ansioso por saber cuando ella se desharía de él, pero nada pasaba, tal vez la estaba molestando, si era lo más probable, sino como explicaba el deseo de querer alejarlo de ella; lo hubiera hecho si no fuera porque literalmente estaba pegado al piso, danzando, no tengo la menor idea de cuanto tiempo llevaba, dos o quizás tres horas, mis pies me estaban matando, finalmente Tam se fue como una gran sonrisa, definitivamente existía algo entre ellos, como dicen una imagen vale más que mil palabras.
De repente se encontraba frente a mí, parecía contrariada, me miro, pero aparto de inmediato sus ojos, definitivamente algo no andaba bien.

- Roxanne, quítale el hechizo a mi breenum – ordeno Yue –mañana tiene trabajo que hacer, además ya se ha divertido bastante –agrego
- ¿En serio yo creo que no? – contesto mirando a Yue con desprecio y repulsión.
Después de detener el encanto me entrego una copa de un líquido rojo, que olía muy bien, supongo que esperaba que me lo bebiera, cuando me disponía a hacerlo Yue me interrumpió.
- ¡Te prohíbo que lo ingieras!
- ¿Le vas hacer caso al gruceen que te convirtió en lo que eres?...es sorprendente tu lealtad.

Aquellas palabras me sorprendieron, en primera instancia iba a seguir las instrucciones de Yue, pero luego de oír a Roxanne, recordé todo por lo que he pasado, y a pesar de no confiar en ella, en algo tenía razón, Yue es la causante de que tenga esta apariencia, y que tenga que soportar esta sórdida fiesta, así que me bebí la copa de un trago.
Cada músculo de mi cuerpo se sentía extraño, era parecido a lo que experimenté en mi transformación, con la diferencia de que no había dolor, al contrario estaba feliz, dichoso, una sonrisa se dibujo en mi rostro, sentí deseo de cantar, bailar, impregnar al mundo con mi alegría, lo más chistoso era la cara de Yue, era tan gracioso que no podía para de reír, me acerque a ella, le dibuje una sonrisa con mis dedos, solo conseguí que me apretara el brazo, me jalará del lugar.

- ¿Por qué no tomaste en cuenta mi advertencia? – pregunto exasperada.
- ¿Por qué tanto enojo?...te vas a poner más vieja de tanto arrugar la frente….más vieja-reí-aunque eso es imposible, porque eres inmortal- reí nuevamente.
- ¡Cállate de una buena vez!, lo único que vas a conseguir es meternos en problemas –ordeno

Pero a pesar de su advertencia, me era imposible, cualquier cosa por insignificante que fuera desencadenaba un nuevo ataque de risa, que llegaba al punto de ahogarme; una vez dentro de su casa, Yue golpeo mi estomago, no supe de nada más hasta la mañana siguiente.
Me dolía la cabeza, me comporte como un estúpido, aún no entiendo porque acepte la sugerencia de Roxanne; el enojo nublo mi juicio, no tenía otra explicación, no quería abrir los ojos y enfrentarme al mundo, mejor dicho, a la afilada mirada de Yue; estaba seguro que me regañaría y lo peor es que lo merecía, darme cuenta de eso me hizo sentirme peor; como lo supuse ella estaba en una esquina de la cama, se veía cansada, sabía que era por mi causa.

- ¿Cómo te sientes?- pregunto –Supongo que pésimo –suspiro- será mejor que descanses.
Definitivamente tenía que estar delirando, ella estaba siendo amable conmigo, luego recordé que tenía trabajo que hacer, quise levantarme, pero ella me lo impidió.
- Al menos esta vez hazme caso – susurro, vi sus ojos tristes- ese licor te dejo débil.
- Perdóname, por no acatar tu orden.
- ¿A cual de todas las órdenes que te di…y que no obedeciste te refieres?- haciendo hincapié en la última frase.
- A la del licor, por supuesto –conteste enfadado, definitivamente la, Yue amable desapareció tan rápido como llego, ante mí estaba nuevamente la gruceen egoísta y enojona de siempre.
- Espero que te sirva de lección, para la próxima vez…-suspiro como si reconsiderara lo que iba a decir-…será mejor que me marche, aún tengo que recolectar la flor, nos vemos- despidiéndose con la mano.
- ¡Espera!...gracias por lo de ayer- dije apresuradamente.

Y de un salto de acerco a mí, otra vez la había vuelto a enfadar, ahora no tenía ni la menor idea de cual era la razón.

- No vuelvas a pronunciar esa palabra-dijo en un susurro, como si temiera que alguien la oyera.
- ¿Por qué?
- Si le das las gracias a un hada, significa te hizo un favor, debido a tu imprudencia, tengo derecho a pedirte algo a cambio –pronuncio fríamente.

Estaba en problemas, lo peor de todo es que me era imposible negarme; me tenía en sus manos.

- Asumiré que el licor te daño el cerebro y por esta vez te lo dejare pasar- añadió con una sincera sonrisa en su rostro, la primera que le veía desde mi estancia en este lugar.
- Te queda bien – al ver su desconcierto añadí – deberías sonreír más seguido.
Se me quedo mirando sorprendida, observe como el rubor cubría su verdoso rostro, parecía que ninguno de los dos podía apartar la vista del otro, finalmente Yue rompió la extraña conexión, se marcho sin pronunciar ni una sola palabra, dejando mis emociones hechas un lío.


(Yue)
Mi corazón, se detuvo por una fracción de segundo, no podía pensar con claridad, ¿Qué me estaba pasando?, me sentí como una tonta, al no ser capaz de decirle nada, ni si quiera responderle, sentía mis mejilla arder. Finalmente salí corriendo del lugar, ¡Me estoy comportando como una completa idiota!, camine sin rumbo por el bosque, llegue junto a una cascada, tenía una hermosa vista, traería a Daniel la próxima vez, ¡¿Por qué estoy pensando en él?!, me recosté en el árbol más cercano, cuando estaba dormitando, recordé que debía recolectar la flor, pero al parecer inconscientemente la busque, porque junto a mí se encontraba, tan bella como la última vez, la tome entre mis manos, me invadió su exquisita paz, era extraño que no me hubiese percatado antes de su presencia, la razón de ello no me agrado mucho, era simplemente lo perturbada que estaba, el causante de ello se hallaba tranquilamente en mi casa, mientras que yo no podía dejar de pensar en él.
Ya más tranquila pase donde el rey, le entregué la flor, luego a la distancia pude distinguir la inconfundible cabellera roja de Roxanne entrando a mi casa, aquello fue como un balde de agua fría, el pánico me invadió, ¿Qué hacía ella en mi casa?, ¿Me andaba buscando?, o tal vez...Daniel, corrí lo más rápido que pude, quise volar, pero aquello iba a llamar demasiado la atención, en la entrada alcancé a escuchar “¿Yo puedo hacerte sentir mejor ?”, aquello me indigno, ¡Como se atrevía a ofrecerse de esa manera a mi breenum!, una vez dentro vi que Roxanne se encontraba inclinada mostrando considerablemente sus pechos a Daniel, mientras su mano derecha tocaba su frente, como si quisiera comprobar si tenía fiebre, solté un suspiro, al menos no era lo que había pensado inicialmente, pero saber eso no disminuyo mi ira.

- Y que me dices ¿Quieres que te sane, soy una excelente curandera? – ofreció Roxanne

Así que esa era la razón por la que estaba aquí, me parecía inconcebible que Roxanne fuera amable con alguien, menos con un breenum, luego me percate de que Daniel abría la boca, pero antes de que cometiera una locura intervine.

- No estamos interesados.

Al escucharme decir eso, ambos se voltearon, al parecer ninguno se había percatado de mi llegada.

-Yue – dijo con una cínica sonrisa, pero a pesar de eso, no pudo ocultar la repugnancia que yo le provocaba –Mi querida Yue, es que aún no aprendes, deja que tu breenum decida, no puedes tratarlo como a un muñequito, ¿No es así?- dijo Roxanne mirando a Daniel.
- Así es...pero en esta ocasión rechazare su oferta.

Esas simples palabras aliviaron la opresión que sentía en mi pecho, siendo reemplazando por una infinita alegría, pude observar como el rostro de Roxanne se tensaba, sin despedirse se fue, su plan no había funcionado, estaba feliz por ello.

- ¡Me escuchaste! – grité, abrazando a Daniel, este me miro asombrado.

¡Pero que estoy haciendo!, ¿Desde cuando soy tan efusiva?, ¿Qué me importa lo que le pase?, en estos días ni yo me reconozco, como aún seguía abrazada a Daniel, decidí apartarme lentamente, no quería que malinterpretara lo que acababa de suceder, como si existiera una explicación lógica, pero él sujeto mi mano.


(Daniel)
No quería que se marchara, solo había estado ausente un par de horas, en ese tiempo comprendí que la imagen que tenía de ella, la de los últimos tres días se había modificado considerablemente, porque a pesar que por su egoísmo me convertí en su breenum, existían ciertos fogonazos de amabilidad de su parte, lo que me hacía preguntarme ¿Cómo era la verdadera Yue?, acaso ocultaba su lado benévolo al resto, pero ¿Por qué?, y la única forma de averiguarlo, era acercándome a ella, aunque eso no cambiaba en nada mi deseo de vengarme, pero tal vez…en realidad no tengo idea por que lo hago, solo…deseo conocerla mejor, espero no estar cometiendo un error.
Respire profundamente, apreté la mano de Yue, para infundirme valor.

- Yo…te…¿Cómo puedo decir “esa palabra”, sin decirla – pregunte

Ella me miro un segundo desconcertada, pero luego comprendió mi debate, vi una pequeña sonrisa fugazmente.

- Decir “muy amable”, no te meterá en problemas – le sonreí, pero ella aparto de inmediato su mirada, como si temiera revelar demasiado – continua, sea lo que sea que me quieras decir.
- Claro, Tú haz sido muy amable, esta mañana al advertirme, también la noche anterior.
Se volteo y me miro, nuestros dedos aún seguían entrelazados, observe su labio temblar, ¿la había puesto nerviosa acaso?, eso era imposible, pero ella interrumpió mis suposiciones, con su cantarina voz.
- Es mi deber protegerte, velar para que nada te pase, ya que al ser parte de mi propiedad, es normal que cuide de ti, así que no te creas el importante, por que no significas nada para mí- respondió, su rostro se tenso de furia.

Soltando bruscamente mi mano, se levanto, al llegar al umbral de la puerta, se detuvo.

- Descansa, porque mañana es luna llena.

Dicho esto se fue, que ingenuo fui, me sentía como un idiota al pensar que ella podría tener un lado oculto, trate de dejar de pensar en ella, concentrarme en lo que sucedería en luna llena, pero me fue imposible, porque volvía una y otra vez a mi mente, junto con aquellas dolorosas palabras, debía vengarme pronto por que aquello no presagiaba nada bueno.

(Yue)
Una vez fuera, trate de calmarme, fue muy difícil pronunciar esas palabras, pero eran la verdad, él no tenía porque agradecerme, solo estaba cumpliendo con mi deber, pero a pesar de saberlo, no cambiaba el hecho de que me sintiera mal por lo que acababa de hacer, aún veía su cara de asombro, pasando por incredulidad, finalmente el odio, el cual tenía claro que sentía por mí, lo peor de todo es que comenzaba a dudar si mi decisión de convertirlo en mi breenum había sido la correcta, pero ya nada se podía hacer, ya que si pedía que revirtieran el hechizo, pondría en evidencia mi debilidad frente a los otros gruceen.
Estaba tan ensimismada en mis pensamientos, que no me di cuenta del árbol, hasta que choque con él, unos brazos me sujetaron, jamás existió dicho árbol, fue con Tam con el que había tropezado.

- ¿Dando un paseo a estas horas? – preguntó burlonamente, cuando lo dijo, me percate que ya estaba anocheciendo, ¿Cuántas horas llevaba divagando por los bosques?- ¿Estas bien?- preguntó, esta vez seriamente, parecía preocupado.
- Si, solo…-no podía decirle la verdad
- No me digas que ese breenum te tiene así

Lo mire asombrada, ¡es que tanto se me notaba!, aquello era peligroso, nadie podía percatarse cuanto me afectaba ese humano.

- Te equivocas- conteste apresuradamente, demasiados, porque no parecí convencerlo- en cierta medida tienes razón, es a causa del breenum que estoy así- lo vi tensarse- pero no es lo que tu piensas, es que…la ceremonia es mañana, temo que pueda cometer una imprudencia, eso es todo.
- ¿Eso es todo?
- Si, ¿Por qué?
- Porque no me gusta lo cercanos que son.
- ¿Cercanos?
- Yue tu eres diferente, no me gustaría que cometieras una locura, me arrastraras de paso, recuerda que te enlazaras a mi.
- Eso es todo lo que te importa ¿no?, ¿Por qué aceptaste?, ¡si yo soy una vergüenza para todos los gruceen!, no crees que era más que obvio que te traería problemas.
- Yo no lo vi de esa forma- contesto con un suspiro- tu solo…eres especial
- Esa es la forma decir que soy un monstruo- conteste irónicamente- en el fondo me desprecias como todos los demás, ¡ahora suéltame!
- No lo hare, estas muy alterada- aferrando mis brazos
- ¡Déjame!- trate de zafarme, pero su agarre era muy poderoso, eso me frustraba, sentía las lagrimas agolparse en mis ojos
- Aquí nadie te va a escuchar, ¡Y como supongo nadie se percata de tu ausencia!

No pude soportarlo más, las lágrimas tomaron posesión de mis mejillas, deje de luchar, Tam tenía razón, yo solo seguía viva, porque podía encontrar la flor lunar, pensé que tal vez Daniel me extrañaría, pero luego de lo sucedido en la mañana era imposible, al contrario capaz se alegrara.
Solloce, grite, no me importaba que Tam me viera en este estado, lo único que quería era votar todo lo que llevaba guardado durante años, todas las veces que fui despreciada, todas las conversaciones sobre mi, que ni si quiera tenían la precaución de disimular, llore hasta que no me quedaron lágrimas, sentí la mano de Tam acariciar mi espalda, aunque ya no me sujetaba con fuerza aún no rompía el abrazo.

- Sera mejor que regresemos- susurro- deben estar preocupados.
- Tal vez de ti, pero yo…no soy importante para nadie
- ¡Para mi lo eres!- grito,no pude evitar mirarlo, para saber si mentía, pero él aparto de inmediato sus ojos, me percate de un leve sonrojo en su rostro, lo vi suspirar profundamente, temía a sus siguientes palabras- lamento haberme exaltado, realmente eres muy importante para mí, ¡nos criamos juntos!- exclamo como si eso lo explicara todo -…como puedes dudar de mi cariño, no me compares con los demás- atrayéndome más a su pecho, me sentía segura, confortada entre ellos.
- Me haces muy feliz escucharte decir eso – lo oí reír.
- Ya es tarde, y va siendo hora que regresemos.
- Pero debo estar hecha un desastre, dame un segundo para arreglarme- cerrando mis ojos me concentre en borrar toda evidencia que pudiera haber quedado en mi rostro -¿Y?- pregunte expectante a Tam.
- Simplemente hermosa

Le sonreí, el pareció asombrado, pero me devolvió la sonrisa, tal vez siga el consejo de Daniel, y tratare de sonreír más a menudo, nuevamente Daniel invadía mis pensamientos, había logrado olvidarme de él un momento, pero la tregua no duro mucho.
Cuando llegamos a la aldea, vi la luz de las velas alumbrar el interior de mi casa, tal vez Tam no era el único que se preocupaba por mí, en eso Tam se acerco a mí, beso mi mejilla.

- Yo me ocupare de que no cometa ninguna imprudencia- refiriéndose a mi breenum – así que borra esa cara de tristeza.

Dicho esto se fue, realmente Tam me descolocaba en momentos, aún sentía el calor de su beso en mi mejilla.


(Daniel)
Eran cerca de las doce de la noche, ella aún no regresaba, estaba impaciente, encendí algunas de las velas que encontré por ahí, a la distancia vislumbre a un par de siluetas, se trataban de Tam y Yue, venían de la mano, pero ¿qué había pasado entre ellos?, aunque aquello no era de mi incumbencia, a pesar de eso la ira me carcomía por dentro; me aparte lo más rápido que pude, no quería ser acusado de fisgón, así que me senté en la cama, solo unos segundos después, ella entro, se veía hermosa, existía un brillo especial en ella, se lo consulte y me dijo que eran los restos de la magia que había usado recientemente, luego un silencio incomodo se instalo, no aguante más, le pregunte a pesar de la posible negativa que iba a recibir, decidí arriesgarme.

- ¿Tam y tú?
- No somos nada –contesto fríamente, aunque me pareció observa cierta decepción en su rostro – si eso es todo lo que tienes que decirme, entonces…
- ¡Vamos no mientas!, yo los acabo de ver y ayer parecían bastante cercanos.
- Así que ahora tienes el pasatiempo de espiarme – note como me sonrojaba, me acababa de delatar – en serio, no existe nada entre nosotros, solo somos buenos amigos, nos criamos juntos –suspiro agotada, me sentí mal por retenerla, se notaba que lo único que quería era irse a dormir – la promesa de enlazarnos es el único asunto que tenemos en común.
- ¿Qué significa exactamente enlazarte?

Recordé que ese había sido el precio de mi transformación, en ese momento estaba más preocupado por lo que me iba a suceder, que no le preste mucha atención a eso, pero ahora que lo volvía a escuchar me hacía temer lo peor.

- Es como – pareció dudar un segundo- es como casarse, pero…
- ¡Casarse!, te parece a ti un asunto sin importancia.
- Cálmate, no se porque esto te altera tanto – contesto confusa
- ¿Y cuando será eso?

¡Como podía estar tan tranquila, con un asunto tan serio!, yo por mi parte no dejaba de sentirme traicionado por ocultarme esa información, aunque no tenía derecho a reclamarle, aquello no aminoro ni un poco mi sufrimiento.

- Algún día, no existe fecha.

Al menos algo bueno, eso me daría tiempo para encontrar una solución, si es que la había, solo tenía claro que no permitiría que se casara con Tam, el solo hecho de haberlos visto juntos me hacia hervir la sangre, es que acaso estaba celoso, no eso no podía ser cierto, yo no podía sentir algo hacia Yue, pero por más que intentara negarlo, más convencido estaba de que ella de alguna forma había ingresado a mi corazón, tenía que erradicar ese sentimiento de inmediato, antes de que fuera tarde.
Una vez que volví estar consciente de mi entorno, ella me había abandonado.


lunes, 15 de noviembre de 2010

La Flor Lunar

Capitulo III

(Yue)
Ya había perdido mucho tiempo dando tontas explicaciones, tenía un trabajo que hacer, al fin poseía un sirviente que me ayudaría en mi cometido, cerré mis ojos y me concentré en sentir la esencia de la flor, libere mi mente de cualquier preocupación, al fin la percibí, era una sensación cálida, era extraño que siempre esa rara planta me calmara, a pesar de odiar mi misión, siempre olvidaba esos sentimientos en su presencia. Camine un par de metros, y la divise, estaba sobre una roca, en lo alto de un risco, podía volar y alcanzarla fácilmente, pero sería algo muy agotador, además ahora poseía un breenum, así que él se encargaría de todo.

-¡Sube!- dije impaciente.

El siguió su mirada, vi en sus ojos asombro, luego pánico, me agrado observar su pánico, podía adivinar que estaba pensando solo con mirarlo, sentí el impulso de retractarme de mi orden, pero luego recordé quien era, así que simplemente me limite a observarlo, cuando al fin pareció comprender su situación, inicio el ascenso.
Cuando estaba a los veinte metros de altura, sentí un gran alivio, le faltaba muy poco para que arrancará la flor, podríamos volver temprano a la aldea, hoy sería la presentación oficial de mi breenum, solo me distraje un momento, vi como Daniel se aferraba frenéticamente de las rocas, a pesar de lo arriesgada de la situación, parecía tranquilo, balanceo su cuerpo levemente, tomo la flor entre sus manos e inicio el descenso como si nada hubiera pasado, vote todo el aire que estaba conteniendo, no se porque me asuste tanto, aunque claro sería un desastre si algo le pasaba a la flor, definitivamente no estaba preocupada por ese insignificante humano; al fin llego a donde me encontraba, y me entrego la planta.

- ¿Te encuentras bien, te ves algo pálida? – preguntó Daniel.
- Ser cortes no te librara de tu trabajo.
- ¡No estaba siendo cortes…solo….
- ¿solo?


(Daniel)
Una vez en el suelo, la vi inquieta, pensé que algo malo le había sucedido en mi ausencia, le pregunte como estaba, ¡Y ella simplemente dijo “Ser cortes no te librara de tu trabajo”!, pero que idiota fui yo solo…me preocupe, pero lo último no se lo dije, habría sido una imprudencia, luego de razonarlo un poco, supe que era imposible, era ridículo que estuviera angustiado por ella, ya que eso implicaría en cierto grado afecto, aquello no podía ser, jamás sentiría algo por un ser que me condeno a esta apariencia, llegue a la conclusión de que había confundido las cosas, simplemente estaba frustrado, ya que si algo le ocurría no sería capaz de vengarme por lo que me hizo, ya más tranquilo me enfoque, en lo realmente importante, aún me quedaban muchas dudas con respecto a los de su raza, así que decidí cambiar el tema.

-¿Tan importante es esta flor que incluso arriesgas mi vida para conseguirla?
- Tú vida carece de importancia para mí, además como te atreves a ignorar mi pregunta, ¿solo que..?, te ordeno que concluyas esa frase.
- ¿Y si no quiero? – conteste altaneramente.

Una vez que lo dije, supe que estaba en problemas, definitivamente esto tendría consecuencias, aunque al mismo tiempo estaba contento por haberla hecho enojar, pero para extrañeza mía el castigo nunca llego, solo se limito a pasar junto a mí y caminar en dirección a la aldea.

- ¡Apúrate, se nos hace tarde!
- Como ordene su señoría- conteste burlonamente.



(Yue)
Como se atrevía a contestarme así, “¿Y si no quiero?”, repetía una y otra vez en mi mente, en esta ocasión hice caso omiso a sus insolencias, una vez en la fiesta se dará cuenta de cual es su lugar, eso sería muy divertido de ver.
Mientras nos dirigíamos a mi casa, le explique que era ser un gruceen, entre más rápido termináramos con las explicaciones didácticas, más fácilmente se resignaría a su suerte, le conté que éramos una clase de pixie, poco conocida, al mismo tiempo casi extinta, pero a diferencia de las demás hadas, el hierro no nos afectaba y podíamos mentir también como un humano, pero a cambio de eso una vez al mes en luna llena debíamos consumir las plantas que habíamos recolectado esa mañana, a través de una pequeña ceremonia que se realizaría dentro de un par de días, y pude percatarme que finalmente entendía la importancia de la flor que residía en mis manos.

Una vez dentro de mi residencia, le ordene que se colocara unos pantalones negros y una camisa del mismo color, que correspondían a las ropas que usaba la servidumbre, la mención de aquello no le causo mucha gracia a Daniel, aunque mi intención no era esa, su descontento me intranquilizo, no pude pensar mucho en ello, porque Tam irrumpió en el lugar.

- ¿Veo que estas sola?
- Te equivocas, mi breenum se encuentra en la habitación contigua, y por si lo haz olvidado hoy es su presentación, así que…
- Claro que no lo he olvidado – dijo acercándose -¿Por qué más estaría aquí? – al observar mi cara de desconcierto añadió - ¡No permitiré que juegues conmigo! – sujetándome fuertemente las muñecas.

Jamás lo había visto descontrolado, su pecho subía y bajaba por la agitación, me quede entumecida observándolo, ni siquiera intente zafarme, hasta que una voz me hizo volver en sí.

- ¡Suéltala!- grito Daniel

No se como lo hizo, pero de estar en manos de Tam, pase a estar en brazos de Daniel, luego mi breenum le exigió que se marchara, este lo hizo, pero advirtiéndome a su salida, que supiera comportarme en la fiesta, definitivamente no podía entender lo que acababa de pasar, ¿Por qué Tam estaba enfadado?.

- Quiero que sepas que no quiero nada a cambio, pero… ¿Te encuentras bien?

Solté un suspiro, con que era eso, ahora comprendía, porque parecía tan dudoso en preguntarme, después del discurso que le había dado en la mañana, este humano no deja de sorprenderme.

- Estoy bien, gra…fuiste muy amable-añadí

¡Demonios casi le doy las gracias!, me aparte rápidamente de sus brazos, estaba tan cómoda entre ellos, que cuando me aleje me arrepentí de haberlo hecho, pero en ese momento eso no era lo importante, tenía que aclarar mi mente y cerca de él no podía hacerlo, ¡Por poco y le quedo debiendo un favor de por vida!, menos mal el no pareció darse cuenta y lo atribuyó a mi timidez, en el futuro debía ser más cuidadosa, ya me sentía bastante intranquila en su presencia, ahora Tam le iba a hacer la vida imposible, ¿Cómo es que un simple humano puede causar tantos disturbios?

sábado, 13 de noviembre de 2010

La Flor Lunar (Sinopsis II)



Esta es la sinopsis que me mando Rubi, que esta muchísimo mejor que la mía. 

Cuando me ofrecieron ir al bosque Walyu no pensé que algo así me sucedería, nunca creí en las leyendas que se contaban sobre este lugar. Me pregunto si de haber sabido que todo era real hubiera venido igual, tal vez si, una parte de mi es adicto a los retos y desafíos, por lo que adentrarse en uno de los pocos lugares a los que nunca había ido y al que tantas personas temían era una gran aventura,pero la parte más racional de mí se lo hubiera planteado dos veces, porque una vez allí deje de ser humano para convertirme en el esclavo inmortal del hada encargada de la búsqueda de la flor lunar, la cual había accedido a casarse con el hijo del rey si yo era convertido en un Breenum. Así que ahora, era un extraño ser salido de un cuento y retenido en contra su voluntad.

viernes, 12 de noviembre de 2010

La Flor Lunar

Capítulo II

(Yue)
Al fin tenía la oportunidad de ver la conversión de un breenum, ¡mí breenum!, según tengo entendido hace aproximadamente cincuenta años que no se realizaba está ceremonia, no es llegar y pedir uno, y a pesar de ser parte de mi propiedad, los demás miembros de la aldea, también tienen derecho a entretenerse con él, pero es mi deber evitar que se entusiasmen demasiado.
Luego de retorcerse en el suelo, y quedando exhausto por el cambio, perdió la conciencia, era un pequeño precio, comparado con lo yo tuve que pasar, estoy segura que se pondrá muy contento cuando despierte, me acerque a él, lo lleve entre mis brazos, se veía tan frágil, el sudor bañaba su frente, quise secar su rostro, pero me detuve, eso no se vería bien en un gruceen, y en especial en alguien con mis orígenes, me limite a llevarlo a mi casa, lo recosté en mi cama, ahora solo me restaba esperar a que despertase.



(Daniel)
Cada parte de mi cuerpo adía, mis huesos dolían, deje escapar un grito, alguien tenía que ayudarme, no sabía como había llegado a eso, solo era consciente del dolor que sentía, que poco a poco fue mermando, unos brazos me levantaron con suma delicadeza, intente abrir mis ojos, pero fue imposible, luego fui depositado en algo sumamente blando, debía tratarse de un colchón, tenía algo de frío, aunque eso no duro mucho, una manta callo sobre mí.

- Descansa, yo cuidare de ti –dijo una melodiosa voz.

Acepte su invitación, dormí profundamente. Poco a poco mis recuerdos regresaron, había ido al bosque Walyu, en busca de hadas, pero en cambio ellas me encontraron a mí, ahora estaba en una especie de cautiverio, tenía que encontrar la forma de huir, me levante de un salto, sentía mi espalda extraña, pero no pude prestarle mucha atención, Yue se encontraba frente a mí, necesitaba estar preparado a lo que fuera que estuviera planeando.

- ¡Al fin te has despertado! – dijo exasperada Yue.

Como pude ser tan tonto en pensar que tenía una melodiosa voz, definitivamente algo me debieron haber dado, para llegar a pensar semejantes disparates; seguía igual de verde que la última vez, tenía el ceño fruncido, realmente se veía enfadada, supongo que de alguna extraña forma yo era la causa.

- ¡Muévete breenum, no tenemos todo el día!
- Mi nombre es Daniel…no besu… ¿Cómo me llamaste?
- Breenum, y tú no me das órdenes, supongo que es mi deber informarte de tu situación actual.
- Si te refieres al evidente hecho de estar aquí, donde sea que este lugar se encuentre, en contra de mi voluntad, te informo que no es necesario que te desgastes en explicaciones.

Una sonrisa cubrió su rostro, definitivamente no era por mi ingeniosa respuesta, entonces me di cuenta que no estábamos solos, alguien estaba a mi izquierda, recordé ver varios de ellos en mi encuentro con el rey, me miraban con mucha tristeza; al menos no vi ningún humano, tal vez los tendrían escondidos, al menos que sea el primero. Estaba inquieto por el otro sujeto, permanecía en silencio, era igual de alto que yo, pero su piel era marrón, mirando más detenidamente su espalda, vi unas pequeñas alas salir de ahí, que eran del mismo color que su piel, poco a poco me fui acercando a su rostro, no quería enojarlo, si es que ya no lo había hecho con mi escudriño, entonces vi su cabello negro, unos ojos humanos de color café, a diferencia de los Yue que carecían de pupilas, estos si lo poseía, y supe que algo andaba mal, ¡Ay no!, nadie estaba a mi izquierda, era simplemente mi reflejo.

-¡Que me hicieron!- grite.

No me importaba si me mataban, la ira recorría mis venas, tal vez se trataba de una broma, quise quitarme el maquillaje, me rasque hasta que gotas de sangre salieron de mis brazos, que inmediatamente se curaron, era un monstruo, luego levante mi mirada, encontrándome con la de ella, no parecía alterada en lo absoluto, todo lo contrario, parecía que disfrutar de mi sufrimiento.

- No era la forma en que tenía pensado comunicártelo - dijo sin borrar la sonrisa de su rostro.
- Esa es tú manera de pedir disculpas.
- Yo no tengo porque pedirte disculpas, de hecho deberías estar agradecido.
- ¿Agradecido?-respondí ácidamente- ¿De qué debería según tú, estar agradecido?
- Pues como ya te percataste, te puedes curar más rápidamente que un humano, además de ser más veloz y fuerte que uno, y todos esos beneficios por convertirte en mi breenum.
Lo mejor en estas circunstancias, era ser razonable, si era posible serlo, así que decidí sacarle la mayor información, era imposible regresar con mi apariencia actual, sin causar un gran revuelo mediático, ya podía ver lo titulares, ¡Pie grande suelto!, ¡Se encontró el eslabón perdido!, sería un desastre, aunque eso no implicara que me estuviera dando por vencido.
- Ya habías mencionado esa palabra antes, ¿Qué es un breenum exactamente?
- Tú eres un breenum –dijo, como si eso lo explicara todo, debió ver mi cara de desconcierto, porque luego agrego- son humanos convertidos, a cambio ellos nos sirven.

No se porque tenía el presentimiento que la palabra “servir” tenía un significado completamente distinto aquí que en mi mundo, mi mundo, era nostálgico pensar en el, me preguntaba cuanto tiempo iba a permanecer en aquel sitio, Hex debe estar preocupado por mi ausencia, aunque este bosque es conocido por sus desapariciones, por eso nadie se adentra mucho, existen demasiadas supersticiones que lo rodean, supersticiones que yo en su momento considere como absurdas, ahora ya no estoy tan seguro, así que dudo que se esfuercen demasiado en mi búsqueda.

- ¿Cómo han conseguido a tantos humanos?, este bosque no parece muy concurrido.
- Atreves de los siglos.
- Eso…es imposible, porque eso implicaría que ustedes son…
- Inmortales- completando la frase- Tú también lo eres, aunque jamás podrás compararte a un gruceen, pero dejemos esta charla para más tarde, hay muchas cosas que hacer y ya he perdido demasiado tiempo contigo.

Sin decir más salió, no se porque la seguí, pero supuse que estar a su lado era más seguro, que andar deambulando por allí, aún me costaba creer que era inmortal, aunque de que me extraño, si todo lo que me ha pasado hasta ahora carece de lógica, y con ese último pensamiento, reanude mi marcha hacia donde fuera que ella me llevara.


martes, 9 de noviembre de 2010

La Flor Lunar

Capitulo I


(Yue)

Trato de abrir los ojos lo más lento posible, otro día más, estoy tan aburrida, dudo mucho que algo interesante vaya a suceder hoy, será mejor que termine de una vez con mis deberes, así tendré tiempo para divertirme, es tan molesto ser la única capaz de encontrar la flor lunar, que no puedo mandar a nadie hacerlo por mí; aunque un paseíto nunca esta demás, no esta entre mis obligaciones hacerlo a la primera hora del día, de esta forma me dirijo a lo más profundo del bosque, alejándome de mi aldea, hasta que lo escucho, ¡¿Qué es eso?!, definitivamente no es un animal, un animal no haría un sonido como ese, es tan ruidoso, es como si lo hiciera a adrede, acaso quiere morir, me acerco un poco más y lo percibo es un humano, con razón, pero es extraño que ronde solo, aunque eso no importa mucho, si el se ofrece, no pienso negarme, puedo entretenerme un rato degustando su temor, para que abstenerse.



(Daniel)
Mis ojos han sido testigos de innumerables aventuras, pensé que ya lo había visto todo, pero cuan equivocado estaba, es por esto que al escuchar de esta extravagante petición, no dude en aceptarla, un adinerado hombre me solicito que lo ayudara a encontrar una aldea de hadas, en ese momento no sabía si reírme de la ridiculez que me pedía, pero al mencionar el bosque Walyu, acepte de inmediato, ese lugar es uno de los pocos sitios que no han sido invadidos por los hombres, a pesar de la absurdo de la petición sabía que aquellos árboles valían la pena. Mientras vagaba por sus bosques, pude admirar lo magnifico del lugar, enormes árboles que no parecían terminar nunca, en eso un ruido llamo mi atención, en la maleza rondaba algo, pensé en un puma, lo mejor en estos casos es permanecer lo más quieto posible, recordé lo cuidadoso que fui en mi trayecto hasta aquí, evite pisar ramas secas, entre otras cosas, alterando lo menos posible el entorno, al rememorar esto , mi cuerpo se tranquilizo, convenciéndome que nada peligroso debía haber entre esos musgos; me acerque, lo más probable es que se tratara de un animal herido; cuando solo estaba a uno centímetros lo vi, era imposible, no era real, en ese momento recordé todas las películas que marcaron mi infancia, pasaban por mi mente tratando de encontrar coherencia a lo que veía.

- Eres…un alíen- dije.

Trate de sonar lo más tranquilo posible, pero luego de pronunciar esas palabras, vi su enojo en su rostro, un rostro que me detuve a observar, si iba a morir, al menos quería llevarme la cara de mi verdugo, observe esa piel verdosa, que la mimetizaba con las plantas del lugar, no era de extrañar que no la hubiera notado antes, luego observe sus ojos negros sin pupilas, su cabello era blanco, mirándolo mejor vi sus orejas puntiagudas, tal vez sus compañeros se encontraban ocultos en algún lugar, ¡era imposible que estuviera sola!, no sería muy económico una nave para ti solo…¡Pero en que estoy pensando! , no es momento para eso, tengo un extraterrestre frente a mí, y trato de adivinar cuanto es su gasto de combustible.

- Haz dicho alíen –contesto completamente irritada.

Pero que más podía ser, trate de repasar todo lo que había visto por TV, hasta que recordé porque estaba aquí, estaba tan conmocionado, como no me había percatado antes.

- Eres…un hada-balbuce.
- Correcto y será mejor que vengas conmigo.

A pesar de no tener la menor intención se seguirla, lo hago, solamente porque recuerdo que tengo una misión, mi plan es el siguiente: memorizarme el camino hacia la aldea, una vez allí, escapar, luego encontraré a Hex (el empresario que me contrato), supongo que aún seguirá en nuestro improvisado campamento, no podrá ir a ningún lado sin mí, además de que su sentido de la orientación es pésimo.
Mientras camino observo su espalda, son impresionantes las alas que le nacen de ella, trato de descifrar su color, lo cual es difícil ya que cambian constantemente, en unos momentos es de un celeste pálido, en otros son tan verdes como su piel, dejo de pensar en ello cuando distingo los primeros vestigios del pueblo; sus casas son partes de troncos, los cuales han crecido de forma muy irregular.

- ¿Ustedes modificaron esos árboles?, se que no es de mí incumbencia, pero es que…
- Sí, lo hemos modificado con nuestro glamour, no solo los árboles, otras cosas también han sido cambiadas-dijo con una voz maliciosa.

Su última frase me hizo darme cuenta, que no me encontraba aquí en una visita turística, debía haber escapado cuando tuve mi oportunidad, si es que la tuve alguna vez. En eso otra hada se acerco, me parecía todas iguales, con lo único con que los podía distinguir, eran los colores de sus cabellos, el que venía a nuestro encuentro lo tenía de color blanco, debía medir alrededor de 1.70 m, sus ojos eran negros como los de todos en este lugar, al igual que su piel verdosa, pero a diferencia de mi captora, sus alas no cambiaban de color.

- Así que al fin haz decidido tener un breenum, a Rhiannon le va encantar la noticia- dijo con una escalofriante sonrisa en su rostro.
- ¡No llames al rey por su nombre!, Tam.
- Yue, no es necesario que te alteres de esa forma, recuerda que es mi padre – contesto Tam.
Así que mi captora se llama Yue, es un lindo nombre, para alguien que tiene mi vida en sus manos.
- No estoy de humor para discutir contigo; necesito encontrar al rey –dijo exasperada.
- ¿No quieres que lo busque por ti? – respondió Tam fríamente
- ¿Y que me pedirás a cambio?
- M m m…. déjame ver.

No llegue a conocer la respuesta, porque a pesar de nunca haberlo visto, el hecho de que todas estas criaturas se inclinaban, no le pasaría de percibido a nadie. El rey tenía el pelo blanco, un color muy de moda por aquí parece, con él ya van tres, y definitivamente había variedad en el lugar, amarillo, lila, naranjo, rojo, y colores tan extraños que si no los tuviera frente a mí, jamás hubiera pensado que existían.
Estando junto a su hijo, me di cuenta de lo alto que era, yo medía 1.80, el definitivamente lo superaba, el debía medir 1.85 aproximadamente, aunque no pude seguir estudiándolo más, porque mis análisis fueron interrumpidos por su imponente voz.

- ¿Deseas que él se transforme en tu breenum? –pregunto Rhiannon.
- Sí, señor, ¿Qué es lo que deseas a cambio? – pregunto temerosa Yue.

Aquello me impacto, parecía tan segura hace unos momentos, aunque no era de extrañar, el rey era formidable, tenía una mirada penetrante, se notaba que infundía un gran temor, definitivamente no me gustaría verlo enojado, aunque dudo que tenga esa posibilidad, sea lo que sea que estén planeando espero que sea rápido.

- Prométeme que te enlazaras con Tam- pronuncio el rey.
- ¿Y Tam está de acuerdo?
- Por supuesto que lo está- contesto con firmeza.
Al parecer no quería entrar en detalles, en como se había llegado a tal acuerdo.
- Entonces…Tú lo conviertes en un breenum, y yo te prometo que algún día me enlazare con Tam, ¿Tenemos un trato?-pregunto Yue.
- Tenemos un trato-concluyo el rey.

Si durante toda la conversación había sido ignorado, ahora parecía que me había convertido en el protagonista de algo, porque todas las miradas se volcaron en mí, no entendía que era lo que me iba a pasar, las manos me sudaban, trate de huir, pero mis piernas no me respondían, o tal vez estas criaturas me lo estaban impidiendo, y poco a poco pude observar sus siniestras sonrisas aparecer en cada uno de sus rostros, este era mi fin, Rhiannon se acercó a mí, una luz rodeaba sus manos, pensé que me iba a estrangular, pero solo se limito a tocar mi frente, luego todo se volvió negro.

sábado, 6 de noviembre de 2010

La Flor Lunar


Este es mi segundo fic espero que les guste


Sinopsis


Daniel un famoso explorador, que había recorrido lo más exóticos lugares del mundo, pero en su extensa lista le faltaba el bosque Walyu, el cual era conocido por albergar las más extrañas criaturas, entre ella estaba una particular hada, llamada Yue, que le enseñaría que nada es lo que parece ser.

lunes, 1 de noviembre de 2010

Crescendo


Esta es la secuela de Hush, Hush, un libro de Becca Fitzpatrick, que acabo de terminar de leer, por eso ahora va mi veredicto, primero que nada la sinopsis.


Sinopsis:

Nora debió haber sabido que su vida estaba muy lejos de ser perfecta. Las cosas no le están yendo bien a pesar de que comenzó una relación con Patch, su angel guardían, (quién, aparte del título, puede ser descrito como cualquier cosa menos angelical) y sobrevivió a un atento contra su vida. Patch está comenzando a alejarse y Nora no sabe si es por el bien de ella o si se debe a que su interés ahora está dirigido hacia su archi-enemiga, Marcie Millar. Cabe mencionar que Nora está siendo asechada por imágenes de su padre y se ha obsesionado con descubrir qué pasó en realidad con él aquella noche en que se fue a Portland y nunca regresó a casa.

Mientras más se envuelve en el misterio de la muerte de su padre, más se convence Nora de que su sangre Nephilim tiene algo que ver con eso y con el hecho de que ella siempre parece estar más en peligro que una muchacha normal. Y ya que Patch no está contestando a sus preguntas y parece ser un obstáculo en su camino; ella tendrá que comenzar a encontrar las respuestas por su cuenta y confiando demasiado en el hecho de que ella tiene un ángel guardián, esto la pondrá en peligro una y otra vez.


¿Pero de verdad podrá ella contar con Patch, o está él ocultando secretos más siniestros de lo que ella pueda imaginar?


Opinión:

Primero que nada debo decir que este comentario no contiene spolier, así que pueden estar tranquilos, los primeros capítulos fueron impactantes, pero luego la historia se torno lenta, pensé "Por favor, por favor no quiero que este libro se una a lista de como matar una buena historia", parece que mis ruegos fueron escuchados, ya que las últimas cien páginas, fueron muy emocionantes, la historia tomo un giro inesperado, algo que ni las toneladas de teorías que tenían se acercaron, pero a pesar de eso, esta entrega no supera a la primera, aunque la recomiendo de todas maneras, solo de advertir que si empiezan aburrir no se desesperen, que luego se pone buena.


Como dato esta planeada una tercera entrega de este libro llamado TEMPEST, saldría el 2011.



pd: como te prometí CarloZ, ahora comienzo a leer Tr3s, como te pudiste dar cuenta no te estoy torturando con Meg Cabot.