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viernes, 19 de noviembre de 2010

La Flor Lunar

Capitulo IV

(Daniel)
Tres hileras de mesas estaban repletas de exóticas comidas y bebidas, a pesar de estar al aire libre, no tenía frío, todos parecían divertirse, pasando inadvertida mi llegada, vi a varios breenum bailar, aunque no parecían muy contentos al hacerlo, aquello me extraño, a su lado se encontraba un gruceen aplaudiendo, bebiendo un espeso liquido rojo, luego la música se apago.

- Ante ustedes presento a mi breenum, espero que se diviertan mucho con él- pronuncio Yue solemnemente – No comas, ni bebes nada – me susurro, y antes de irse creí escucharle decir lo siento, pero no estoy muy seguro, ya que la música y el escándalo que reinaba antes del anuncio volvió.

En eso un Gruceen se acerco, tenía el caballo rojo, usaba un vestido del mismo color, bastante ajustado.

- ¿Quieres bailar?
- No quiero ser descortés, pero no se me da bien el baile – conteste lo más educadamente posible.
- No te preocupes yo puedo cambiar eso –susurro sensualmente.

Espere pacientemente las instrucciones de cómo bailar, pero para mi sorpresa nunca llegaron, comencé a sentir una gran picazón por todo mi cuerpo, quería rascarme, pero de repente y sin más preámbulos, mis piernas comenzaron a moverse por si solas, iniciando mi baile.

(Yue)
Desde mi ubicación, pude observar como Roxanne hechizaba a Daniel, quise detenerla, pero no alcance a hacerlo, porque Tam se encontraba a mi lado.

- Me sorprende lo mucho que te preocupa ese breenum – dijo Tam.
- ¿De qué me estas hablando?, es normal que lo vigile, es mi sirviente y soy responsable por él.

Sin darme cuenta, Tam se encontraba a solo unos centímetros de mí, tanto, que era capaz de percibir incluso su aliento, me sentía intimidada, luego poso su brazo en mi cintura, me jaló hacia él, cuando lo hizo me percate de su verdadera intención.

- Más te vale que solo se trate de eso y no de otra cosa, he visto como lo miras…recuerda que te enlazas a mi pronto.
- Algún día – corregí.
- Sí, tienes razón – susurro a mi oído – fuiste muy astuta, ¿me pregunto que pasara si mi padre se percata de ese detalle?
- Un trato es un trato, ya no puede ser modificado – trate de sonar lo más segura posible, porque sabía que si eso llegaba a oídos de él estaría en problemas.
- Puede que tengas razón…como puede que no, así que te estaré vigilando, mi deber es impedir que mi prometida cometa alguna imprudencia- contesto burlonamente.

Luego me beso en la mejilla, se despidió de mi alegremente, disipando cualquier rumor que pudiera generarse, dando a entender que solo se trataba de una charla amistosa, todo lo contrario a lo que realmente fue, aquella conversación solo me dejo llena de dudas, ¿Yo no estaba mirando de forma especial a Daniel?, definitivamente Tam tramaba algo, no comprendo porque de repente se interesa en mi vida.



(Daniel)
Mientras bailaba, si es que a esto se le podía llamar bailar, vi a Tam acercarse a Yue, observe como la tomaba por la cintura; estaba ansioso por saber cuando ella se desharía de él, pero nada pasaba, tal vez la estaba molestando, si era lo más probable, sino como explicaba el deseo de querer alejarlo de ella; lo hubiera hecho si no fuera porque literalmente estaba pegado al piso, danzando, no tengo la menor idea de cuanto tiempo llevaba, dos o quizás tres horas, mis pies me estaban matando, finalmente Tam se fue como una gran sonrisa, definitivamente existía algo entre ellos, como dicen una imagen vale más que mil palabras.
De repente se encontraba frente a mí, parecía contrariada, me miro, pero aparto de inmediato sus ojos, definitivamente algo no andaba bien.

- Roxanne, quítale el hechizo a mi breenum – ordeno Yue –mañana tiene trabajo que hacer, además ya se ha divertido bastante –agrego
- ¿En serio yo creo que no? – contesto mirando a Yue con desprecio y repulsión.
Después de detener el encanto me entrego una copa de un líquido rojo, que olía muy bien, supongo que esperaba que me lo bebiera, cuando me disponía a hacerlo Yue me interrumpió.
- ¡Te prohíbo que lo ingieras!
- ¿Le vas hacer caso al gruceen que te convirtió en lo que eres?...es sorprendente tu lealtad.

Aquellas palabras me sorprendieron, en primera instancia iba a seguir las instrucciones de Yue, pero luego de oír a Roxanne, recordé todo por lo que he pasado, y a pesar de no confiar en ella, en algo tenía razón, Yue es la causante de que tenga esta apariencia, y que tenga que soportar esta sórdida fiesta, así que me bebí la copa de un trago.
Cada músculo de mi cuerpo se sentía extraño, era parecido a lo que experimenté en mi transformación, con la diferencia de que no había dolor, al contrario estaba feliz, dichoso, una sonrisa se dibujo en mi rostro, sentí deseo de cantar, bailar, impregnar al mundo con mi alegría, lo más chistoso era la cara de Yue, era tan gracioso que no podía para de reír, me acerque a ella, le dibuje una sonrisa con mis dedos, solo conseguí que me apretara el brazo, me jalará del lugar.

- ¿Por qué no tomaste en cuenta mi advertencia? – pregunto exasperada.
- ¿Por qué tanto enojo?...te vas a poner más vieja de tanto arrugar la frente….más vieja-reí-aunque eso es imposible, porque eres inmortal- reí nuevamente.
- ¡Cállate de una buena vez!, lo único que vas a conseguir es meternos en problemas –ordeno

Pero a pesar de su advertencia, me era imposible, cualquier cosa por insignificante que fuera desencadenaba un nuevo ataque de risa, que llegaba al punto de ahogarme; una vez dentro de su casa, Yue golpeo mi estomago, no supe de nada más hasta la mañana siguiente.
Me dolía la cabeza, me comporte como un estúpido, aún no entiendo porque acepte la sugerencia de Roxanne; el enojo nublo mi juicio, no tenía otra explicación, no quería abrir los ojos y enfrentarme al mundo, mejor dicho, a la afilada mirada de Yue; estaba seguro que me regañaría y lo peor es que lo merecía, darme cuenta de eso me hizo sentirme peor; como lo supuse ella estaba en una esquina de la cama, se veía cansada, sabía que era por mi causa.

- ¿Cómo te sientes?- pregunto –Supongo que pésimo –suspiro- será mejor que descanses.
Definitivamente tenía que estar delirando, ella estaba siendo amable conmigo, luego recordé que tenía trabajo que hacer, quise levantarme, pero ella me lo impidió.
- Al menos esta vez hazme caso – susurro, vi sus ojos tristes- ese licor te dejo débil.
- Perdóname, por no acatar tu orden.
- ¿A cual de todas las órdenes que te di…y que no obedeciste te refieres?- haciendo hincapié en la última frase.
- A la del licor, por supuesto –conteste enfadado, definitivamente la, Yue amable desapareció tan rápido como llego, ante mí estaba nuevamente la gruceen egoísta y enojona de siempre.
- Espero que te sirva de lección, para la próxima vez…-suspiro como si reconsiderara lo que iba a decir-…será mejor que me marche, aún tengo que recolectar la flor, nos vemos- despidiéndose con la mano.
- ¡Espera!...gracias por lo de ayer- dije apresuradamente.

Y de un salto de acerco a mí, otra vez la había vuelto a enfadar, ahora no tenía ni la menor idea de cual era la razón.

- No vuelvas a pronunciar esa palabra-dijo en un susurro, como si temiera que alguien la oyera.
- ¿Por qué?
- Si le das las gracias a un hada, significa te hizo un favor, debido a tu imprudencia, tengo derecho a pedirte algo a cambio –pronuncio fríamente.

Estaba en problemas, lo peor de todo es que me era imposible negarme; me tenía en sus manos.

- Asumiré que el licor te daño el cerebro y por esta vez te lo dejare pasar- añadió con una sincera sonrisa en su rostro, la primera que le veía desde mi estancia en este lugar.
- Te queda bien – al ver su desconcierto añadí – deberías sonreír más seguido.
Se me quedo mirando sorprendida, observe como el rubor cubría su verdoso rostro, parecía que ninguno de los dos podía apartar la vista del otro, finalmente Yue rompió la extraña conexión, se marcho sin pronunciar ni una sola palabra, dejando mis emociones hechas un lío.


(Yue)
Mi corazón, se detuvo por una fracción de segundo, no podía pensar con claridad, ¿Qué me estaba pasando?, me sentí como una tonta, al no ser capaz de decirle nada, ni si quiera responderle, sentía mis mejilla arder. Finalmente salí corriendo del lugar, ¡Me estoy comportando como una completa idiota!, camine sin rumbo por el bosque, llegue junto a una cascada, tenía una hermosa vista, traería a Daniel la próxima vez, ¡¿Por qué estoy pensando en él?!, me recosté en el árbol más cercano, cuando estaba dormitando, recordé que debía recolectar la flor, pero al parecer inconscientemente la busque, porque junto a mí se encontraba, tan bella como la última vez, la tome entre mis manos, me invadió su exquisita paz, era extraño que no me hubiese percatado antes de su presencia, la razón de ello no me agrado mucho, era simplemente lo perturbada que estaba, el causante de ello se hallaba tranquilamente en mi casa, mientras que yo no podía dejar de pensar en él.
Ya más tranquila pase donde el rey, le entregué la flor, luego a la distancia pude distinguir la inconfundible cabellera roja de Roxanne entrando a mi casa, aquello fue como un balde de agua fría, el pánico me invadió, ¿Qué hacía ella en mi casa?, ¿Me andaba buscando?, o tal vez...Daniel, corrí lo más rápido que pude, quise volar, pero aquello iba a llamar demasiado la atención, en la entrada alcancé a escuchar “¿Yo puedo hacerte sentir mejor ?”, aquello me indigno, ¡Como se atrevía a ofrecerse de esa manera a mi breenum!, una vez dentro vi que Roxanne se encontraba inclinada mostrando considerablemente sus pechos a Daniel, mientras su mano derecha tocaba su frente, como si quisiera comprobar si tenía fiebre, solté un suspiro, al menos no era lo que había pensado inicialmente, pero saber eso no disminuyo mi ira.

- Y que me dices ¿Quieres que te sane, soy una excelente curandera? – ofreció Roxanne

Así que esa era la razón por la que estaba aquí, me parecía inconcebible que Roxanne fuera amable con alguien, menos con un breenum, luego me percate de que Daniel abría la boca, pero antes de que cometiera una locura intervine.

- No estamos interesados.

Al escucharme decir eso, ambos se voltearon, al parecer ninguno se había percatado de mi llegada.

-Yue – dijo con una cínica sonrisa, pero a pesar de eso, no pudo ocultar la repugnancia que yo le provocaba –Mi querida Yue, es que aún no aprendes, deja que tu breenum decida, no puedes tratarlo como a un muñequito, ¿No es así?- dijo Roxanne mirando a Daniel.
- Así es...pero en esta ocasión rechazare su oferta.

Esas simples palabras aliviaron la opresión que sentía en mi pecho, siendo reemplazando por una infinita alegría, pude observar como el rostro de Roxanne se tensaba, sin despedirse se fue, su plan no había funcionado, estaba feliz por ello.

- ¡Me escuchaste! – grité, abrazando a Daniel, este me miro asombrado.

¡Pero que estoy haciendo!, ¿Desde cuando soy tan efusiva?, ¿Qué me importa lo que le pase?, en estos días ni yo me reconozco, como aún seguía abrazada a Daniel, decidí apartarme lentamente, no quería que malinterpretara lo que acababa de suceder, como si existiera una explicación lógica, pero él sujeto mi mano.


(Daniel)
No quería que se marchara, solo había estado ausente un par de horas, en ese tiempo comprendí que la imagen que tenía de ella, la de los últimos tres días se había modificado considerablemente, porque a pesar que por su egoísmo me convertí en su breenum, existían ciertos fogonazos de amabilidad de su parte, lo que me hacía preguntarme ¿Cómo era la verdadera Yue?, acaso ocultaba su lado benévolo al resto, pero ¿Por qué?, y la única forma de averiguarlo, era acercándome a ella, aunque eso no cambiaba en nada mi deseo de vengarme, pero tal vez…en realidad no tengo idea por que lo hago, solo…deseo conocerla mejor, espero no estar cometiendo un error.
Respire profundamente, apreté la mano de Yue, para infundirme valor.

- Yo…te…¿Cómo puedo decir “esa palabra”, sin decirla – pregunte

Ella me miro un segundo desconcertada, pero luego comprendió mi debate, vi una pequeña sonrisa fugazmente.

- Decir “muy amable”, no te meterá en problemas – le sonreí, pero ella aparto de inmediato su mirada, como si temiera revelar demasiado – continua, sea lo que sea que me quieras decir.
- Claro, Tú haz sido muy amable, esta mañana al advertirme, también la noche anterior.
Se volteo y me miro, nuestros dedos aún seguían entrelazados, observe su labio temblar, ¿la había puesto nerviosa acaso?, eso era imposible, pero ella interrumpió mis suposiciones, con su cantarina voz.
- Es mi deber protegerte, velar para que nada te pase, ya que al ser parte de mi propiedad, es normal que cuide de ti, así que no te creas el importante, por que no significas nada para mí- respondió, su rostro se tenso de furia.

Soltando bruscamente mi mano, se levanto, al llegar al umbral de la puerta, se detuvo.

- Descansa, porque mañana es luna llena.

Dicho esto se fue, que ingenuo fui, me sentía como un idiota al pensar que ella podría tener un lado oculto, trate de dejar de pensar en ella, concentrarme en lo que sucedería en luna llena, pero me fue imposible, porque volvía una y otra vez a mi mente, junto con aquellas dolorosas palabras, debía vengarme pronto por que aquello no presagiaba nada bueno.

(Yue)
Una vez fuera, trate de calmarme, fue muy difícil pronunciar esas palabras, pero eran la verdad, él no tenía porque agradecerme, solo estaba cumpliendo con mi deber, pero a pesar de saberlo, no cambiaba el hecho de que me sintiera mal por lo que acababa de hacer, aún veía su cara de asombro, pasando por incredulidad, finalmente el odio, el cual tenía claro que sentía por mí, lo peor de todo es que comenzaba a dudar si mi decisión de convertirlo en mi breenum había sido la correcta, pero ya nada se podía hacer, ya que si pedía que revirtieran el hechizo, pondría en evidencia mi debilidad frente a los otros gruceen.
Estaba tan ensimismada en mis pensamientos, que no me di cuenta del árbol, hasta que choque con él, unos brazos me sujetaron, jamás existió dicho árbol, fue con Tam con el que había tropezado.

- ¿Dando un paseo a estas horas? – preguntó burlonamente, cuando lo dijo, me percate que ya estaba anocheciendo, ¿Cuántas horas llevaba divagando por los bosques?- ¿Estas bien?- preguntó, esta vez seriamente, parecía preocupado.
- Si, solo…-no podía decirle la verdad
- No me digas que ese breenum te tiene así

Lo mire asombrada, ¡es que tanto se me notaba!, aquello era peligroso, nadie podía percatarse cuanto me afectaba ese humano.

- Te equivocas- conteste apresuradamente, demasiados, porque no parecí convencerlo- en cierta medida tienes razón, es a causa del breenum que estoy así- lo vi tensarse- pero no es lo que tu piensas, es que…la ceremonia es mañana, temo que pueda cometer una imprudencia, eso es todo.
- ¿Eso es todo?
- Si, ¿Por qué?
- Porque no me gusta lo cercanos que son.
- ¿Cercanos?
- Yue tu eres diferente, no me gustaría que cometieras una locura, me arrastraras de paso, recuerda que te enlazaras a mi.
- Eso es todo lo que te importa ¿no?, ¿Por qué aceptaste?, ¡si yo soy una vergüenza para todos los gruceen!, no crees que era más que obvio que te traería problemas.
- Yo no lo vi de esa forma- contesto con un suspiro- tu solo…eres especial
- Esa es la forma decir que soy un monstruo- conteste irónicamente- en el fondo me desprecias como todos los demás, ¡ahora suéltame!
- No lo hare, estas muy alterada- aferrando mis brazos
- ¡Déjame!- trate de zafarme, pero su agarre era muy poderoso, eso me frustraba, sentía las lagrimas agolparse en mis ojos
- Aquí nadie te va a escuchar, ¡Y como supongo nadie se percata de tu ausencia!

No pude soportarlo más, las lágrimas tomaron posesión de mis mejillas, deje de luchar, Tam tenía razón, yo solo seguía viva, porque podía encontrar la flor lunar, pensé que tal vez Daniel me extrañaría, pero luego de lo sucedido en la mañana era imposible, al contrario capaz se alegrara.
Solloce, grite, no me importaba que Tam me viera en este estado, lo único que quería era votar todo lo que llevaba guardado durante años, todas las veces que fui despreciada, todas las conversaciones sobre mi, que ni si quiera tenían la precaución de disimular, llore hasta que no me quedaron lágrimas, sentí la mano de Tam acariciar mi espalda, aunque ya no me sujetaba con fuerza aún no rompía el abrazo.

- Sera mejor que regresemos- susurro- deben estar preocupados.
- Tal vez de ti, pero yo…no soy importante para nadie
- ¡Para mi lo eres!- grito,no pude evitar mirarlo, para saber si mentía, pero él aparto de inmediato sus ojos, me percate de un leve sonrojo en su rostro, lo vi suspirar profundamente, temía a sus siguientes palabras- lamento haberme exaltado, realmente eres muy importante para mí, ¡nos criamos juntos!- exclamo como si eso lo explicara todo -…como puedes dudar de mi cariño, no me compares con los demás- atrayéndome más a su pecho, me sentía segura, confortada entre ellos.
- Me haces muy feliz escucharte decir eso – lo oí reír.
- Ya es tarde, y va siendo hora que regresemos.
- Pero debo estar hecha un desastre, dame un segundo para arreglarme- cerrando mis ojos me concentre en borrar toda evidencia que pudiera haber quedado en mi rostro -¿Y?- pregunte expectante a Tam.
- Simplemente hermosa

Le sonreí, el pareció asombrado, pero me devolvió la sonrisa, tal vez siga el consejo de Daniel, y tratare de sonreír más a menudo, nuevamente Daniel invadía mis pensamientos, había logrado olvidarme de él un momento, pero la tregua no duro mucho.
Cuando llegamos a la aldea, vi la luz de las velas alumbrar el interior de mi casa, tal vez Tam no era el único que se preocupaba por mí, en eso Tam se acerco a mí, beso mi mejilla.

- Yo me ocupare de que no cometa ninguna imprudencia- refiriéndose a mi breenum – así que borra esa cara de tristeza.

Dicho esto se fue, realmente Tam me descolocaba en momentos, aún sentía el calor de su beso en mi mejilla.


(Daniel)
Eran cerca de las doce de la noche, ella aún no regresaba, estaba impaciente, encendí algunas de las velas que encontré por ahí, a la distancia vislumbre a un par de siluetas, se trataban de Tam y Yue, venían de la mano, pero ¿qué había pasado entre ellos?, aunque aquello no era de mi incumbencia, a pesar de eso la ira me carcomía por dentro; me aparte lo más rápido que pude, no quería ser acusado de fisgón, así que me senté en la cama, solo unos segundos después, ella entro, se veía hermosa, existía un brillo especial en ella, se lo consulte y me dijo que eran los restos de la magia que había usado recientemente, luego un silencio incomodo se instalo, no aguante más, le pregunte a pesar de la posible negativa que iba a recibir, decidí arriesgarme.

- ¿Tam y tú?
- No somos nada –contesto fríamente, aunque me pareció observa cierta decepción en su rostro – si eso es todo lo que tienes que decirme, entonces…
- ¡Vamos no mientas!, yo los acabo de ver y ayer parecían bastante cercanos.
- Así que ahora tienes el pasatiempo de espiarme – note como me sonrojaba, me acababa de delatar – en serio, no existe nada entre nosotros, solo somos buenos amigos, nos criamos juntos –suspiro agotada, me sentí mal por retenerla, se notaba que lo único que quería era irse a dormir – la promesa de enlazarnos es el único asunto que tenemos en común.
- ¿Qué significa exactamente enlazarte?

Recordé que ese había sido el precio de mi transformación, en ese momento estaba más preocupado por lo que me iba a suceder, que no le preste mucha atención a eso, pero ahora que lo volvía a escuchar me hacía temer lo peor.

- Es como – pareció dudar un segundo- es como casarse, pero…
- ¡Casarse!, te parece a ti un asunto sin importancia.
- Cálmate, no se porque esto te altera tanto – contesto confusa
- ¿Y cuando será eso?

¡Como podía estar tan tranquila, con un asunto tan serio!, yo por mi parte no dejaba de sentirme traicionado por ocultarme esa información, aunque no tenía derecho a reclamarle, aquello no aminoro ni un poco mi sufrimiento.

- Algún día, no existe fecha.

Al menos algo bueno, eso me daría tiempo para encontrar una solución, si es que la había, solo tenía claro que no permitiría que se casara con Tam, el solo hecho de haberlos visto juntos me hacia hervir la sangre, es que acaso estaba celoso, no eso no podía ser cierto, yo no podía sentir algo hacia Yue, pero por más que intentara negarlo, más convencido estaba de que ella de alguna forma había ingresado a mi corazón, tenía que erradicar ese sentimiento de inmediato, antes de que fuera tarde.
Una vez que volví estar consciente de mi entorno, ella me había abandonado.


4 comentarios:

Manuel dijo...

ya lo lei, espero con paciencia el siguiente capitulo.
Saludos!!!!

katabea dijo...

realmente, hace falta, que te diga hasta por aqui , que quiero mas capis ? porque QUIERO MAS CAPIS!!!


hablo, la fundadora del culub de fans de MI adorado Tam (L)

karoru dijo...

gracias kat, eres la mejor, seguiré trabajando con el único fin de hacerte sufrir XD

cuidate

katabea dijo...

noooo !!! y siii

nooo, no kiero k me agas sufrir ¬¬ solo k me des mas capis .. aunke claro, si haces sufrir a mi encantador tam, y sofro ¬¬

y siiii, porque si, se que soy la mejor :) jaj, mentira XD , gracias por pasarte por el blog :)